La mirada en los retratos:
Hay miradas francas, decididas, como si el retratado no
tuviera nada que ocultar. Hay otras tímidas, como queriendo protegerse de la
cámara o del fotógrafo. Las peores son
las tristes y las que más ternura te inspiran son las de los niños. Todas dicen
algo: o piden o te dan conocimiento. Sólo los cobardes nos escondemos siempre
detrás de la cámara.
Foto y texto: Gonzalo Gallardo