La extraña flor
Esto
del negocio inmobiliario ha estado basado durante los últimos veinte años en el
crecimiento continuo, este modelo de negocio está agotado y hemos pasado del
boom a la parálisis. El paisaje urbano se ha visto transformado y lo que para
unos era progreso para otros ha sido deterioro. Hay una zona fronteriza, en las
afueras de nuestras ciudades y pueblos, donde la urbe termina y comienza el
campo, o más bien hay que decir donde comenzaba el campo. Esas zonas se
urbanizaron en su día, pero el estancamiento del negocio ha propiciado que en
estos solares la naturaleza esté regresando y colonizando lo que en otro tiempo
era suyo. En esta situación de tierra de nadie se ven convivencias como esta:
el tubo del cableado eléctrico –ahora
inútil- emerge de la tierra rodeado de plantas.
Parece una extraña flor.
Foto y texto: Gonzalo Gallardo