"Lo imaginario vive cuando
es imaginado"
PESSOA
Os juro que no estoy loco. Ya sé que mi psiquiatra dice que
soy esquizofrénico y me obliga a tomar unas pastillas que me dejan abúlico y
adormecido. Pero yo os digo QUE NO ESTOY LOCO. Yo solo me senté en aquel banco
del parque. Tardé un buen rato en reparar que a poca distancia había en el
suelo una cajita de cartón de esas que se utilizan como estuche para los huevos
en los supermercados. Al ratito un niño pasó corriendo y la pisó. La cajita
quedó destrozada y adquirió una extraña forma. Al principio no le concedí
ninguna importancia pero un buen rato
después, al levantar la vista de mi lectura, mis ojos la encontraron de nuevo y
me di cuenta de que la cajita me estaba mirando. Sí, me estaba mirando. Es más:
parecía que se burlaba de mí mostrando una extraña mueca, un escalofrío
recorrió mi espalda de punta a punta. Pero como yo no estoy loco, aparté mi
vista de aquel inquietante monstruito y regresé a mi lectura. Fue en vano, mis
ojos volvieron a mirar fijamente a los ojos vacíos de la máscara de cartón. No
podía dejar de observarlos, sentía pánico y mis manos sudaban, pero era incapaz
de apartar la vista de ellos. Comencé a sufrir palpitaciones y noté que me
mareaba. Luego vino lo peor: la cajita me habló… y efectivamente se burló de mí.
Desde entonces no puedo ir solo al supermercado.
Foto y texto: Gonzalo Gallardo