LA CASA EN
EL CAMINO
Yo estaba
acostada en el polvo de la carretera.
Vi su
rostro.
Tampoco vio
el mío.
El pálido
color de las estrellas y el aire se convirtió en azul.
Vi sus manos
Tampoco vio
las mías.
El Oriente
ha cambiado en color verde limón.
Le abrí los
ojos de un pajarillo.
Entonces
supe a quién
amaré una
vida entera.
Así él supo,
de quién eran
las pobres
manos que lo abrazaban.
Y el hombre
tomó a su carga,
y dejó
llorando su casa.
Y su casa es
el polvo de la carretera
que es
también mi casa.
Foto: Gonzalo Gallardo
Texto: Vesna Parun