OJOS QUE NO VEN...
Mirar uno no quiere
hacia algunas cosas,
porque mirar es entender
y eso implica conciencia.
Por eso es preferible
comer ternera
y no saber cómo
fue degollado el animal,
vestir trajes de seda
y no conocer la tragedia
de los niños que en la India
estiran las urdimbres del telar
por diez rupias diarias.
Elegimos mirarnos al espejo
y nos disculpamos
con la autoayuda.
Mirar hacia otro lado
y taparse los ojos
ante lo que no nos gusta,
ocultar todo aquello
que es desagradable,
como quien tiene miedo
de saber lo que es.
Foto: Gonzalo Gallardo
Texto: Francisco M. Ortega Palomares