El ojo de la mujer
"Voy a escribir la historia de mi cuerpo entre
tus manos. Me fue naciendo como una nueva muda de culebra. Floreció bajo el sol
y se llenó de begonias, bromelias y cometas ante tus ojos y mis ojos
asombrados. Mi cuerpo, cuando lo cercan tus brazos, se convierte en caballo, en
yegua y sale a galopar por el placer de un beso. Se llena de hiedra para
escalar las paredes de tu corazón y cubrirlo de susurros nacidos desde la misma
entraña de la tierra. Mi cuerpo con todos sus resquicios impredecibles, rasga
la noche con su cantar de guitarra del monte y enciende la oscuridad con su
brillo de luciérnaga. Se pierde en vos con el abandono de un niño y abre sus
ventanas de par en par para recibir la honda caricia, el pensamiento convertido
en libélula alada, incitando a la selva a despertarse con su crujido de ramas.
Mi cuerpo se vuelve planeta inexplorado donde posa el tuyo su navío del
espacio; tiembla con la energía de un nuevo continente que se formó después de
cataclismos sin nombre y sin historia.
Mi cuerpo desde siempre parece haberte querido, haberte estado esperando.
Se ha revelado desnudándose como una cueva que necesitara de tu palabra para abrir su secreto ante la magia de tu sonrisa, de tu cercanía, ante vos que te sabías la combinación oculta desde antes de tener memoria."
Mi cuerpo desde siempre parece haberte querido, haberte estado esperando.
Se ha revelado desnudándose como una cueva que necesitara de tu palabra para abrir su secreto ante la magia de tu sonrisa, de tu cercanía, ante vos que te sabías la combinación oculta desde antes de tener memoria."
Foto: Gonzalo Gallardo
Texto: Gioconda Belli