Toda la vida es un ayer
y todo encuentro es una pérdida.
¡Oh irrestañable primavera,
promesa de lo que ya fue!
Quizá por eso arde la rosa,
guardiana de su fuego frío.
i Qué mar de pétalos marchitos
la mece en su perfecto ahora!
y si los labios son ya ausencia
en el momento de besarlos,
su fiebre viene de otros labios:
Helena y Diótima te besan.
Foto: Gonzalo Gallardo
Texto: Julio
Cortázar 'Salvo el crepúsculo'