Unos no tienen papeles...
Y otros los están perdiendo.
Puedes ver la resignación en sus ojos: tanto esfuerzo invertido para no avanzar nada...
Limpio y pulcro como siempre ha sido, se sentó en un banco a esperar la hora del reparto de la comida de caridad. Abrió un periódico escrito en un idioma que no sabía descifrar. Daba igual. Él se dejó caer sobre la letra impresa como un nadador lo hace sobre el mar.
Foto y texto: Gonzalo Gallardo