¿Sabes?
Cuando me lo
creo
soy capaz de
hacerlo
muy mal.
Y luego no
sé qué me duele más:
si el dolor
físico o el otro.
Y al fin lo
único que me queda de ti es tu olor
impregnando
mi piel y mis labios.
Y un hueco
terrible y oscuro
dentro de mi
mente.
Entonces
prometo por enésima vez
modificar
comportamientos,
disciplinar
emociones,
no volver a ser YO nunca más.
..
Foto y texto: Gonzalo Gallardo