De trabajo
en trabajo, el siguiente peor que el anterior.
Pronto
vendrán, pensaba, tiempos mejores.
Todo
cambiará y yo tendré mi cachito de sol.
Pero un día
la cadena se rompió: ya no tendría mas trabajo.
La búsqueda,
la angustia.
Más miseria
si cabe.
Y al final
la calle.
Pedir
limosna.
La
vergüenza.
El miedo a
ser reconocida.
Me tapo la
cara.
Soy
invisible, no me veis… y yo tampoco quiero veros.
Foto y texto: Gonzalo Gallardo