FIN
La luna con
un puñal
desgarró la
piel del aire.
La tierra
por esa herida
desbordó sus
ríos sin sangre.
Ya no se
escucha el latir
del corazón
de los mares.
Sin alma
quedó la tierra:
¡qué palidez
en los árboles!
Hombres
sedientos clamaban,
incendiando
las ciudades.
Miles de
muertes pequeñas
en aquella
muerte grande.
Fin del
mundo. Otros planetas.
Nuevos ríos,
nuevos mares,
almas nuevas
encarnando
en las
misteriosas márgenes.